
Ahorrar es una costumbre que se da más fácil en algunas personas que en otras, y es algo que debe ser cultivado con organización y algunas tácticas específicas dependiendo de tu personalidad o propensión a gastar dinero. De hecho, en los últimos años se han realizado una serie de estudios científicos que han desarrollado la disciplina llamada “economía conductual”, que analiza cómo la conducta y los factores externos pueden afectar a tus finanzas y de qué forma se pueden controlar ciertos impulsos.
Es por esto que a continuación, te presentamos algunos consejos que te pueden ayudar a controlar tu propensión al gasto y poder ahorrar para cumplir tus metas a largo plazo.
4 errores clásicos al administrar finanzas personales
Ser conscientes de los errores comunes que se producen al administrar las finanzas personales es una de las mejores formas de combatir el impulso a comprar y el desorden en tus gastos. Algunos de estos errores son:
1. No ahorrar
El ahorro, o la falta de este, es determinante en la manera en que se llevan las finanzas. Al no tener ahorros, una emergencia de cualquier índole se transforma en caos para la economía personal y familiar. Por ello, si no se ha cultivado este hábito, es momento de aprender.
Separar los ingresos a principio de mes es fundamental, destinando una cantidad aunque sea pequeña e idealmente fija al ahorro, pero sin olvidar que es aconsejable comenzar con porcentajes más pequeños (3% o 5%) antes de saltar a tramos más grandes (10% o incluso 20% si se tiene un plan en mente).
Una forma de hacerlo posible es ocupar un cuaderno o una tabla en Excel para determinar cuáles son tus gastos fijos (arriendo, luz, agua, internet, cuotas de créditos, etc.), cuáles son tus gastos variables (salidas a comer, compra de ropa, etc.) y cuánto de eso te sobra. Para que, con esta información, puedas saber si estás gastando más de lo que tienes y por eso no puedes ahorrar.
2. No programar un presupuesto
Vivir desorganizadamente es un gran error financiero que muchos cometemos. Quizás no es necesario saber todo lo que gastamos con lujo de detalles, pero es bueno saber si hay algún ítem o categoría que esté aumentando más de lo que te puedes permitir. Por lo mismo, se recomienda establecer presupuestos para cada categoría y así saber cuánto puedo gastar mensualmente en cosas que quizás no son tan necesarias, como una salida con amigos, ir al cine, pedir algo rico por delivery, etc. De lo contrario, sentirás que puedes realizar esos gastos sin problema y a fin de mes te puedes llevar una desagradable sorpresa.
Para realizar este presupuesto, puedes llevar un registro en una planilla de Excel o de Google Sheets (para versión en la nube) pero por categorías, tales como supermercado, farmacia, centro comercial, tiendas online, etc. Así será más fácil monitorear los gastos y tomar decisiones acerca de en qué área se pueden reducir efectivamente los gastos.
Aplicaciones para llevar finanzas personales como Mint o Simplifi te ayudarán a organizar presupuestos de forma rápida y cómoda.
3. Comprar compulsivamente
Según un estudio publicado en la revista “World Psychiatry” en el año 2007, existe una alta correlación entre comprar de forma compulsiva y ser una persona desorganizada en cuanto a las finanzas. Por lo mismo, uno de los primeras recomendaciones que se dan para lidiar con estas compras compulsivas es planificar las compras.
Esto implica definir días precisos de la semana para ir al supermercado y tener claro qué cosas se debe comprar, porque en caso contrario, uno podría caer en la tentación de vitrinear y comprar cosas que no son necesarias.
Además, se recomienda comer algo contundente previo a visitar un supermercado para evitar que el hambre y la ansiedad nos hagan comprar cosas de las que después nos arrepentiremos.
Lo mismo con otras actividades relacionadas con las compras. Como por ejemplo, se recomienda evitar ir a un centro comercial en la semana o a solas (de modo que tu pareja, hijos o amigos te hagan consciente de la cantidad de compras que estás haciendo). Además, es preferible ocupar tarjetas de débito o efectivo, antes que tarjetas de crédito para evitar los sobregiros o el endeudamiento.
4. Acumular deudas impagas
Las deudas a veces son imposibles de evitar, cuando se trata de necesidades básicas como la salud, la vivienda o la educación. Sin embargo, cuando se hace un hábito pedir créditos para adquirir cosas que no son de primera necesidad, perderás el control de tus gastos y puedes llegar un punto en que no tengas cómo pagar estas deudas. Incluso, muchas personas hoy en día piden créditos para pagar las cuotas de otros créditos de consumo.
En ese sentido, lo primero es realizar un monitoreo periódico (al menos mensual) del nivel de endeudamiento en tarjetas de crédito y similares, para posteriormente atenerse a una estrategia de gasto con una meta a corto plazo coherente; por ejemplo, regularizar durante los próximos dos meses las tarjetas de crédito, o bien reducir paulatinamente el monto total facturado a fin de mes.
Es clave entender que no somos racionales al gastar dinero, en absoluto, como se creyó durante tanto tiempo. Por eso, si es necesario, considera cerrar algunas de tus tarjetas de crédito una vez regularizadas, para comenzar a cambiar tus hábitos de consumo.
A través de aplicaciones para llevar finanzas personales como Fintonic o Wallet es posible organizar el presupuesto mensual, para que éste rinda e incluso sea posible ahorrar. Lo esencial es lograr saber cómo manejar mis finanzas personales de manera saludable, para así lograr llevar una vida tranquila y más organizada, evitando un desequilibrio que puede tener serias consecuencias en la vida personal.